Si yo fuera solo a mi pueblo, tendría que coger un autobús que me llevara a Madrid; luego, otro que me llevara a Segovia; luego, otro que me llevara al pueblo. Me pasaría toda la mañana en autobuses. Son lentos y me aburren. ¿Y luego? ¿Qué haría en mi pueblo? Estaría de fiestas y no podría dormir en toda la noche pues mi casa está en la plaza, donde tocan los músicos. Mejor hacer planes por aquí, como el sábado, que iré con la asociación a la piscina. Yo casi me he criado en una piscina, cuando era niño y joven. Estaba todo el día en la piscina. Ahora voy a leer un poco antes de ir a comer y me pasaré el rato así. Ya he escrito varios blogs y me siento mejor. La vida es un metro a punto de partir, dice Sabina y hay una jeringuilla en el lavabo. Y eso es todo.
La abundancia destruye más que el hambre.
Bueno. Las revoluciones vienen por el hambre pero es verdad que querer tener de todo también destruye.
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