martes, 30 de agosto de 2022

 Me está costando leer. No sé si será porque la historia no tiene mucha emoción o soy yo el que no tiene emoción. Ayer a las 9, llamé a mi padre. Mañana creo que ya estarán aquí mis padres, como mi padre me dijo. Estoy intentando acoplarme a lo que hay, a la férrea realidad. Ya están las vacaciones acabadas para muchos, para mí también. Hoy tengo que ver a la psiquiatra pero he escrito una solicitud para cambiar de psiquiatra. No creo que me trate como la última vez. Solo le diré que ya no será más mi psiquiatra.

Los días pasan lentos como bueyes cansados. Los días aburren a los días, las penas aumentan, el dolor de las horas no desaparece. Ojalá la vida sonriera o se quedara solamente mirándonos como me miran los álamos del jardín que da a mi ventana.


No hay manjar que no empalague, ni vicio que no enfade.


Eso es: hasta los lujos cansan. Y el vicio también cansa. Como el puto tabaco.

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