"El que muchas cosas prueba, en alguna acierta". "Más pena nos da la opinión del trabajo que el trabajo mismo". Estas dos sentencias las escribió Séneca hace un porrón de tiempo. La vida muestra que son acertadas. No en vano, Séneca es considerado como uno de los más importantes filósofos de la cultura occidental. Yo he probado ciertas cosas, no en el sentido gustativo sino en el intelectual y puede que alguna de esas cosas probadas salga buena. Otra verdad es que hacer una paella cuesta, pero más cuesta que te digan que es mala o buena. Una paella que hizo la pareja de mi sobrino a mi no me gustó y se lo dije pero lamento habérselo dicho o quizás no, pues no nos hemos vuelto a reunir tíos y sobrinos en otra reunión en que el silencio se hacía pesadísimo muchas más veces de lo normal. Porque, ¿qué tengo yo que decir a mis sobrinos? Nada. ¿Y ellos a mí? Nada. Entonces, ¿a qué una reunión? Pues para nada. En fin. Es mejor caer mal que haya otras reuniones absurdas. Yo, de mi natural, me gusta rodearme de gente que me quiera. Como todo el mundo, no de gente que ni piensa en mí ni me da el atendido después de todo un año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario