Hace sol. Ayer tuve un día un tanto exaltado. Discutí de política con un amigo, mi hermano Paco me habló de mi hermana que ha inventado una inquina contra mí y me puse un poco mal pues ya la tengo algo de temor. Resulta que estaba olvidando casi por completo a mi hermana y a mi cuñado, que siempre están inventando y haciéndose las víctimas, como la maldita izquierda de este país, cuando mi hermana dice que yo he puesto en mi libro "El profesor enfermo" que ella tuvo un aborto y que no es así, que no tuvo un aborto, sino que el niño suyo nació muerto o se murió al poco tiempo de nacer. Y por ese rollo me quiere montar un pollo. Bueno, yo con no verlos soy feliz. Le diré a mi hermana cualquier cosa. La verdad es que yo era un niño cuando ocurrió eso del niño muerto y siempre he oído que fue un aborto. No saben ya qué inventar ni qué decir cuando son ellos los que tendrían que pedir disculpas por el robo de las llaves, por lo de la reunión, etc. Y ahora mi hermana salta con esto. Bueno, me dedicaré a leer a Marco Aurelio a ver si encuentro la motivación suficiente para cuando vea a mi hermana y me acuse de su desgracia antigua sepa qué decir.
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