Según una técnica psicológica, hay que buscar todos los días tres razones por las que dar gracias a estar vivo y el modo de estar vivos que disfrutamos. Podríamos decir que yo no soy un soldado, no soy una prostituta esclavizada ni soy un mendigo que pide en las calles. Es una forma de dar gracias a la vida que vivo muy exagerada pues me comparo con gentes muy desfavorecidas por la vida.
Si bajo el escalón, puedo decir que tengo la compañía de mi hermano y de mis padres, puedo darme un paseo al pueblo de al lado todas las tardes sin que ningún obstáculo de tráfico me lo impida y tengo suficiente dinero para gastar.
Estas tres situaciones valdrían para darme con un canto en los dientes todos los días de mi vida si no aspiro a más.
En ese mismo estudio psicológico se dice que hay que tener paciencia y esperanza para llevar bien la vida.
Por otra parte, Buda, considerado uno de los líderes religiosos más importantes del mundo, dice que en esta vida el deseo, el desear cosas y situaciones nuevas o bonitas es lo que nos trae la infelicidad.
Así que no hay que desear para ser feliz. Hay que meditar, estar con nosotros mismos pensando y pensando y hay que purificarse convenientemente.
Jesucristo, otro líder religioso, dice que hay que amar al otro, al semejante, incluso al enemigo de forma que con esta teoría de amor incondicional se puede revolucionar al mundo.
Yo no tengo enemigos a los que amar. Ni siquiera tengo amigos a los que amar.
Yo lo que tengo es un aplanamiento afectivo; o sea, no quiero a nadie o yo no me veo afectado por el querer de nadie. Yo me muevo en una sombra de amor.
Si no quieres a nadie, ámate a ti mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario