He buscado en Google "relaciones personales en el mundo actual" y aparte de un par de webs que hablan del tema, hay otras que venden libros o buscan seguros. Me he enterado que el ser humano es bio-psico-socio-espiritual. Quiere decir esto que es una vida (bio) que necesita alimento y cuidados y techo; es una mente que puede funcionar adecuadamente o erróneamente y que necesita equilibrio para desarrollar las funciones cerebrales adecuadas; es social; o sea, necesita de otros para poder encauzarse en la vida y además, el ser humano tiene una idea transcendente de la vida.
El ser humano, como dijo Heidegger, filósofo preponderante del siglo XX es un dasein (palabra inventada por él); o sea, que es un ser, dentro de todos los seres que hay en el mundo, que se pregunta por el propio ser. Quizás por ello sufra más que otros seres.
Pero vayamos a la idea de que internet ha revolucionado la manera de relacionarnos. Parece ser que al existir internet, donde con un clic podemos tener miles de gentes que nos escuche (aparentemente nos escucha), ya no hacemos hincapié en los seres humanos que comparten la calle con nosotros. Ya no se hacen conversaciones en los bares o esperando el autobús. Cada uno saca su artículo mágico y mira. ¿Qué mira? El otro día me tocó ir de pie en autobús y fui espiando lo que veía una mujer por el móvil: fotos, información para que compres algo fundamentalmente. Salen muchas fotos de conocidos que te "cuentan" algo porque en realidad son trozos de realidad cortados y sin sentido. Creo que la mujer, merced a unas fotos, finalmente, reservó unas habitaciones en un hotel de montaña. Internet, pues, es una gran tienda de todo lo que te puedas imaginar. El fin último de internet es vender. Es una enorme propaganda que se mete en la vida de la gente a través de la foto de su niño riendo o comiéndose un pastel que el papá ha grabado para la mamá. Este blog, supongo, cuando lo leéis, luego navegáis, navegáis hasta que encontráis algo que os gusta: un libro, una prenda, lo que sea: ese es el objetivo de internet. Miras cómo tu hijo ríe y luego reservas para él y su papá una habitación de hotel. Todo es dinero en esta vida, camuflado de relaciones personales al instante y multimedia para que lo dejes en las redes.
No me gusta internet. Me gusta más el cara a cara. Sale más barato.
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