Por fin es viernes y pasado mañana me juntaré con toda mi familia o la que venga a llenar la andorga a casa de mi madre. No me mostraré tenso sino que intentaré llegar a un entendimiento. No hablaré más de la cuenta y compraré el periódico ese domingo y no lo llevaré a casa de mis padres sino que lo leeré tranquilamente en casa. El que quiera periódico, que lo compre.
Me presentaré a las tres de la tarde a comer, no antes. Y a lo mejor me retraso un poco para darme importancia que nunca me la doy.
No sé quién irá. Creo que se hablará de ir al pueblo por semana santa y otras cuestiones de poca importancia. Carlos y María han estado a Andorra 15 días y luego irán a Ibiza.
Ojalá madre haga una comida que no guste mucho, para que no coman tanto y ojalá no me hagan preguntas propias de gilipollas y ojalá no tenga que aguantar paridas de nadie.
A lo mejor, si este domingo hace bueno, me voy a Colón y allí paso un buen rato hasta a la hora de comer.
Yo voy a ver a mis padres fundamentalmente, no a esos pazguatos maleducados y desconsiderados que tengo por familia
La familia es eso que al tener uso de razón te suele sorprender.
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