Galdós y me llevo dos fue el hijo predilecto de Cervantes que andaba con el culo patrás y la picha palante. No le dieron el Nobel aunque se lo merecía más que Echegaray porque Echegaray era más matemático que dramaturgo. Pero premios aparte, qué bonita "Fortunata y Jacinta". El Quijote de Madrid. En un lugar de Madrid de cuyo nombre no hay más remedio que acordarse, una mujer se quiere quedar con el hijo de la amante de su marido. Así de simple. Fortunata es de una pieza. Debía ser ella una mujer de unas formas que quitaban el hipo y las ganas de no quedarse sin joderla. Jacinta era más tontuela y neurótica, aburguesada y con deseo de niño, pero me la imagino guapa también. Juanito de la Cruz, un viva la virgen que juega como un niño al amor adúltero. Y un sinfín de personajes a cada cual mejor trazado por la pluma del canario. Madrid a tuti plen, la plaza mayor, los aledaños. Cómo no se le ocurre al ayuntamiento de Madrid fomentar a Galdós si fue el más madrileño de todos. Por Dios, que no se quede un español de pro sin haber leído a Galdós y un madrileño, menos.
Galdós, de pequeño, en Canarias, ya construyó una maqueta de la capital de España de un manera colosal. Se sabía capítulos de memoria del Quijote y tiene un prosa que te lleva, te lleva. Le llamaron garbancero, quizás se lo llamó Valle Inclán, que tiene un estilo demasiado difícil para el vulgo. Claro, Valle era Valle pero Galdós era vulgo y eso me gusta más. Galdós no se casó nunca y no he visto una biografía suya como Dios manda en ninguna parte. Va siendo hora de reivindicar a Galdós y olvidarnos un poco de Dickens y toda esa gente que nos venden los anglosajones.
Haré extensible esta defensa del mejor prosista de nuestra historia literaria a la cuestión del español y del inglés. ¿Por qué no aprenden español los ingleses? A lo mejor sí lo hacen. Yo he leído en inglés pero confieso que muy poco. No me gusta una lengua con tanto monosílabo, la veo un poco sincopada y acelerada, como si tuvieran prisa por decir las cosas. Y además, todo lo que es cultura en su léxico, viene del latín, como marketing, esa palabra tan usada que no deriva sino de mercatus latino. Y no digo más. La cultura española veo que está en auge pero debemos ir al grano, a la rica y bonita lengua que nos representa a ambos lados del Atlántico y un poco más allá y a fomentar de modo racional las lenguas cooficiales: el gallego, el euskera y el catalán y no usarlas, que las están usando, como arma política.
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