En la metáfora reside la poesía, dicen.
Yo digo que te quiero y ya está.
Pero esa mujer que yo quiero quién será.
La dulzura de la vida una mujer la besa.
Pero, ¿qué mujer será esa?
Yo veo caras de mujeres por la calle.
El rubor hace que yo me calle.
Pero esa mujer que yo quiero quién será.
En la estación de tren miro el cuerpo de una princesa.
No es para mí y de verdad me pesa.
La quiero buena como mi madre
pero no hay ninguna que me cuadre.
Yo solo quiero una mujer buena que me quiera mucho.
Pero, ¿dónde estará esa quimera de dulces caderas?
Busco, busco y busco. No encuentro. No encuentro
Me rompo todo por dentro.
Un día seré feliz con una mujer, el dulce néctar de la naranja
que asombra al chuparlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario