Ya vino la puta política a estropearlo todo. En Italia no les han dejado los de Bruselas que ese gobierno de antieuropeístas sacasen a ese país del euro. En España, un líder de chicha y nabo plantea una moción de censura. El caso es que todo cambie para ver quién se beneficia de ello. Oí en la SER, una cadena que siempre está deseando cambios mientras no estén los socialistas en el poder, que la política es cambio. Pues yo no pienso eso. Yo, en mi vida y en la política deseo estabilidad y buen gobierno. ¿Es que nos creemos que Sánchez sabrá gobernar nada? Desde el no es no, no ha sabido hacer nada en términos políticos. Es un patán que ha dimitido, luego ha vuelto al "poder" político pero no ha ganado nada más que unas primarias en su propio partido. Le oyes hablar y un día dice aquello de las plurinacionalidades, que no sé de dónde lo habrá sacado; otro día sueña con los federalismos. Eso, cambios para no hacer nada que redunde en beneficio de los españoles, solo de la visión tan rara que tiene él de España. Como le llama Federico Jiménez Losantos: el pluribobo. ¿Alguien cree que este es mejor que Rajoy? ¿Alguien sabe qué habrá ofrecido a los que voten sí a la moción el jueves? ¿Alguien cree en este gobierno monstruo que no va a durar dos días?
miércoles, 30 de mayo de 2018
martes, 29 de mayo de 2018
Me levanto sin ganas de hacer nada. Me visto sin ilusión. Desayuno. Leo la prensa y leo algo de Ingard Bergman en las noticias de El País, que tenía depresiones. Escribo esto. No estoy centrado en mi vida, no me gusta mi vida. No creo que una mujer solucionara nada, sino que lo volvería todo más difícil. Lo que pasa es que mi modo de vida no me satisface, no me llena el alma.
Quizás es que me aproximo a los cincuenta. No lo sé, pero me siento sin ganas de nada, como si todo lo que hago fuera impuesto.
Solo me gustan las tardes y las noches oyendo la radio tumbado en la cama. No me gusta la gente, lo que habla la gente. No me gusta el fútbol. No me gusta tener que hacer la comida.
Tengo que salir a la calle, comprar en el supermercado pero no tengo ganas. Lo haré de modo mecánico, sin pensar.
Quiero fumarme un cigarro después de escribir esto y no tengo otra aspiración por ahora. Fumar me gusta, me relaja.
La vida es difícil otra vez pero ahora por mi culpa, por lo que tengo por dentro que no me deja vivir bien.
No entiendes la vida, no vives bien la vida, no sabes lo que es la vida: suele pasar.
lunes, 28 de mayo de 2018
El año pasado, el tiempo era muy muy predecible: días de azul intenso sin una nube que lo interrumpiera. Este mayo está siendo un poco atípico pues no hay un día azul y brillante sino tormentas inesperadas que te pueden caer por la mañana o por la tarde. Por esa circunstancia, yo he dejado de pasear a Las Rozas. Hoy mismo, si me hubiera decidido a ir al pueblo vecino me habría caído una lluvia torrencial en el camino. He estado estudiando los sistemas sensoriales y la filogenia del sistema nervioso central en los seres humanos, temas aburridos donde los haya. Dejar de pasear me ha supuesto romper una rutina, como el dejar de escribir y de leer, como la compra del periquito, que es otra rutina distinta y solo me concentro en el estudio de los sistemas humanos de contestación al medio ambiente. Por cierto, yo estoy contestando al medio ambiente de forma un tanto defectuosa pues no consigo adaptarme bien a esta soltería impuesta, a este reducido mundo que me rodea, a este tedio diario que solo se rompe algunas veces. A ver si viene alguna novedad poderosa que me saque de esta rutina machacona que hace que me sienta pobre de experiencias y huérfano de vida.
Si quieres emoción, no hagas lo de ayer.
Llevo tiempo sin leer ni escribir. El último libro que dejé sin acabar fue "La forja de un rebelde" de Arturo Barea. Estaba bien porque contaba historias que transcurrían en dos pueblos que me gustan, uno de ellos es Brunete, donde el protagonista tenía a su abuela. El otro pueblo es un pueblo vinícola creo que del sur de Madrid. No leo ni escribo porque he perdido la fe en la palabra. Las historias ya no me llaman la atención y solo estudio Psicología para examinarme el día 4 de Junio. Ya queda poco. He estado preocupándome del periquito, informándome de las enfermedades que pueda tener y leyendo historias en internet como la de aquel periquito que encontraron en la calle y llevaron al veterinario en tres ocasiones y luego le buscaron una periquita.
Mi periquito está aburrido porque no hay emoción en su vida. A lo mejor le compro una periquita para que esté más animado.
No le he domesticado aun y lo veo difícil porque no deja que yo le alimente con mi mano. Es muy tímido o asustadizo.
Le pongo el canto que sale en internet y se anima un poco pero la mayor parte del día se la tira subido en el barrote abatido.
martes, 22 de mayo de 2018
Ayer por la noche me salió una ampolla en el labio. Cuando me acosté, me dio dolor de pecho. Eran pruebas irrefutables de que fumo mucho. Por la noche, me desperté y pensé largo rato en dejar de fumar. Me he levantado a las seis y media de la mañana por la desazón. He estado oyendo "La Unión", con sus temas nuevos. He fumado tres cigarros hasta las ocho y media. Daré un paseo sin cigarros hasta Las Rozas y empezaré a apuntar los cigarros en una libreta otra vez. Tengo que bajar al paquete. Ahora me fumo paquete y medio.
Por lo demás, no hago gran cosa. He estado haciendo la declaración de la renta por internet.
La vida va como una cometa que vuela sin mucho viento, al azar y sin dirección, suavemente y sin mucho sentido.
Mi hermano me ha dicho que no busque novia. No lo haré.
Me gustaría estar hoy frente al mar y respirar la salinidad del aire de una playa. Me gustaría hacer kilómetros en coche hasta cansarme. Me gustaría bajar un río andando con una caña de pescar.
Me gustaría recorrer el camino Smith hasta que me cansara y volver y comer en Navacerrada.
No me gustaría volar en parapente. Eso no va conmigo.
Ríe, charla, camina, jode a ver si encuentras el sentido de la vida.
Ríe, charla, camina, jode a ver si encuentras el sentido de la vida.
sábado, 19 de mayo de 2018
Hemos ido a cenar mi hermano y yo. Había en el restaurante una chica morena con una camisa grande de gran abertura central en el pecho. Dejaba insinuar unos pechos pequeños y se le veía la tira del sostén por el hombro. A mí me ha gustado que esa chica llevara camisa, una camisa azul con rayas blancas gruesas muy elegante. Me ha gustado que me mirara un poco mientras cenaba con un tipo que estaba de espaldas a mí. He imaginado que esa chica es moderna y culta pero quizás es mucho imaginar. Quizás es como todas, como dice la canción de Roy Orbison: everything you want, you get it. Lo que yo digo es que si las mujeres bonitas todo lo consiguen, ¿de quién lo consiguen? Aparte de eso, si una mujer bonita le quiere a uno de verdad, lo puede conseguir todo de uno. He leído en mi libro de Psicología que la causa de atracción física más fuerte entre dos personas es la belleza. Hablo de amor romántico. Pero, ¿no nos puede resultar atractiva una chica aunque sea un poco feúcha por otras razones? Está la razón de la semejanza y de la proximidad. Pero el verdadero problema de una relación es que perdure en el tiempo sin contratiempos fuertes que la hagan zozobrar hasta estados de odio o de falta de respeto. Si yo encuentro una chica hoy en día y me falta el respeto más de dos veces, adiós. Lo tengo muy claro. Mi hermano me ha dicho durante la cena que la mujer y la mortaja del cielo bajan. Espero que la que baje para mí tenga un pisito y nos lo montemos bien. Sin celos, con libertad personal y que tenga conversación más allá de problemas familiares y sinsentidos. Y que haya leído el Quijote.
jueves, 17 de mayo de 2018
De una serie de asociaciones mentales que he ido haciendo en la cama, pues tengo insomnio, he venido a dar en un libro de Unamuno que se titula "Del sentimiento trágico de la vida". A Unamuno se va y se vuelve, nunca se queda uno con él porque es rarísimo, de un pensamiento extraño e infeliz. El título del libro dice mucho. Yo lo leí hasta la página cuarenta o cincuenta y no entendí nada. Unamuno andaba siempre a vueltas con eso de tener que morirse, la fama, la inmortalidad, la razón y la fe sin darle respuesta adecuada a nada de todo ello. Fue socialista, republicano y luego apoyó a Franco para rechazarle después. Era un hombre que no tenía ideas fijas y la duda prendió tanto en él, que no se resolvió en vida con nada. Habló mucho de España y de lo español y europeo, de Castilla, de tantas cosas que no sabía ya de lo que escribía. Escribió nivolas, teatro y poesía. Escribió para su prole con ideas siempre las mismas: la existencia, la esencia, el otro, la identidad. Un rollo. Yo he leído sus nivolas. Son curiosas y a mí me parecen un poco pueriles en su concepción. Un cura que no quiere ser cura; una cuñada que quiere ser madre sin parir; un personaje que se rebela contra el mismo Unamuno, su autor; Sandalio, el jugador de ajedrez, etc. Unamuno el raro, el que no se doblegaba a nada, el que no sabía quién era, el que no quería morir. El que murió del humo de una estufa.
El que mucho duda, mucho piensa.
miércoles, 16 de mayo de 2018
Luis Rojas Marcos, presidente del sistema de hospitales públicos de Nueva York, ha escrito un libro hace ya tiempo que se llama "Latidos de fin de siglo". Este hombre ha visto de todo, por el puesto que ocupa. En este libro habla de infinidad de problemas del mundo moderno. Uno de ellos es la anomia, la falta de normas que hay en la gran ciudad. Yo creo que dice generalidades sobre esa anomia. Yo veo que la gente cada vez tiene menos escrúpulos morales a la hora de convivir unos con otros, son más bestias o más animales. Ya dije que las drogas, la incomunicación, lo virtual, está haciendo estragos entre la gente. La gente anda solitaria y recelosa de los demás, la gente ni estudia ni trabaja y si trabaja, no hace más que quejarse del trabajo, todo le parece un gran esfuerzo. Por la televisión (mucha gente solo tiene una cultura pobre televisiva) se ofrecen las cosas mejores del mundo a un público zafio que no tiene dinero para comprarlas. He ahí el disgusto, la anomia, el deseo siempre irrealizado. Todo el mundo quiere el último modelo de coche, las vacaciones más rutilantes, el anillo que más luzca por culpa de esa triste cultura televisiva y tiene lo que se merece pues no ha estudiado, no se ha esforzado en la vida, son unos cafres que se sientan en el sillón y ven lo que les echan, sin discriminar, pues no tienen capacidad crítica de ver la mierda y apartarse.
Este mundo es un anzuelo sin ni siquiera lombriz.
martes, 15 de mayo de 2018
Hoy día de San Isidro. En Madrid capital no se trabaja. Se visten de chulapos y van a la pradera. En Majadahonda, se llena de gente que no va a trabajar. Hace ya mucho tiempo que no escribo nada más que en este blog. He dejado la historia del punki inacabada, no sé si tendrá continuación algún día o será un aborto narrativo.
Quiero hacer una novela de lo solos que estuvimos Paco y yo en esta última crisis de la enfermedad. Un enfermo mental que cuida de un enfermo mental sin ayuda ninguna. Hace mucho tiempo que no veo a mi amigo Antonio Salgado. Creo que este amigo lleva una vida muy apacible y monocorde, con sus conferencias y sus escritos, siempre con la espada de Damocles encima, como dice él.
Yo tengo que estudiar para los exámenes de Junio de Psicobiología, Psicología Social y Psicología de la atención. No doy para más estudios. Si en el verano estudio, puedo aprobar en septiembre y las vacaciones ya están en peligro pues mi hermano dice que no sabe si estará bien para viajar. Lo más normal es irnos a un sitio como Benidorm o quizás Las Canarias pero no se sabe. Me he sacado la licencia de pesca. Iré a pescar a río Moros y me olvido del pueblo que ya me harta. Me compraré una caña y pasaré tardes allí.
Ahora parece que iremos en julio al pueblo, porque así lo quiere mi madre. Veremos los mundiales, que no ganará España, porque al final, la caga. Me acuerdo del libro "El pasado", de un argentino. Muy bueno. A lo mejor empiezo a leer libros cuando acabe los putos exámenes de Psicología. No vuelvo a ir al Niza. Allí hay un ambiente de odio que te cagas.
lunes, 14 de mayo de 2018
El fútbol es el opio del pueblo. Ni siquiera en eso acertó Marx. No creía Marx que un deporte pudiese convertir a la masa (obrera o no) en un montón de individuos estupidizados por un juego. A mí el fútbol de hoy me parece una secta que imbuye en sus seguidores una fidelidad fanática rayana en la religión. Los equipos de hoy en día tienen fanáticos que hacen guardia para hablar y hablar de fútbol constantemente. Solo les falta a los equipos inventar unas oraciones y unas peregrinaciones santas a las reliquias de jugadores antiguos para que gane siempre el equipo. Los jugadores de fútbol son los dioses de hoy en día. Se los venera, se los idolatra, muchos morirían por ellos si llegara el caso. Veo en el telediario esas masas vociferantes y me da miedo. A lo que ha llegado la gente. Pagan sumas considerables para ver unos partidos llenos de furia, insultos, pasión desbordada hasta el misticismo. Hay quien sueña con goles y penaltis en el último minuto. Los periódicos deportivos pasan de mano en mano a ver cuántos millones cuesta un jugador. En época de fichajes, la gente habla de millones como si fueran céntimos de euro. Todo les parece poco. El fútbol es religión. Una religión que hay que seguir fielmente y decir siempre que tu equipo es lo mejor que te ha pasado en la vida. Hay gente que no se puede perder el partido definitivo, el partido culmen, que luego es una mierda de partido donde no ha habido ni goles ni juego. Un autógrafo de un jugador se enmarca y preside la habitación del niño hasta que este crezca y sea socio de por vida del equipo y muera por él. Las histerias y las alabanzas no tienen parangón con ningún otro ídolo que se pueda imaginar. Una foto con un jugador apacigua el furor del seguidor, le llena de satisfacción y orgullo.
Juan Ruiz, arcipreste de Hita decía que el ser humano siempre quería hacer esa locura. Se refería a la jodienda. Hay otra clase de gente que ve una mujer o un hombre y empieza: qué tetas, qué culo y una serie de deseos se manifiesta en su boca de manera burda y obscena. El sexo desordenado también es un dios en nuestros días. Todo el mundo tiene que follar a todas horas según esas gentes. Follar es el ideal de muchos. Por eso hay tantísimas prostitutas en España, tantas infidelidades, tanto Sodoma y Gomorra. El sexo es otro dios al que acudir si no sabes en qué mundo vives. El sexo te orienta y te conduce al placer tanto como el fútbol. Y luego vienen las drogas. El alcohol es algo que está al alcance de los niños en este país. Hay gente que, desde que llega el viernes hasta el domingo, está sujeto a un vaso lleno de alcohol, está bebiendo constantemente, está borracho todo el día, sueña con el alcohol que generosamente derraman por miles de litros los bares y los supermercados.
Termino: fútbol, drogas de todo tipo y sexo son los tres pilares que sujetan España. Si no hubiera de esas tres cosas a tutti plei todos los fines de semana, España amanecería incendiada de Cabo de Gata a Finisterre en un solo día.
viernes, 11 de mayo de 2018
Cantaba la cantante en la pequeña sala de conciertos acariciada por las luces y ensombrecida por las oscuridades abiertas en el local: "rock the night, I can´t believe my own life" Voz fuerte en un cuerpo pequeño, pelo rubio oscuro y largo, caderas fuertes que se agitaban al ritmo. Dominaba el escenario. No decía chorradas como los otros cantantes y enhebraba canción tras canción. Era muy buena, su voz llegaba porque salía directamente de su fuerte alma y luego vi que cuando hablaba con los del público, al acabar, adoptaba una postura humilde y feliz. No era muy guapa, tampoco fea. No sé por qué hablo en pasado, la acabo de ver a mi lado tomando algo y le podría haber dicho qué bien cantas o algo así pero no se lo he dicho y me he venido a acostar después de escribir esto. Se acababa su turno y venían otros cantantes a distraer al público pero, por las pintas que tenían, peludos y llenos de barbas, me he venido con el bonito recuerdo de esa chica cantando. A lo mejor la vuelvo a ver y si no, da igual. Hay más mujeres que arena en el desierto. Esta chica parecía buena y sincera, la cantante de rock, la chica del escenario, la rubia de voz de trueno, la que estaba bebiendo a mi lado.
No sé si puedo creer mi vida. Pero a lo mejor puedo algún día creer que hay mujeres buenas.
Como yo tengo muchos días de insomnio, ese caso de no dormir me permite hacer algunas comprobaciones: a las dos o tres de la madrugada, cuando había crisis, ni Dios andaba por las calles aunque hiciera buen tiempo. Ahora, a las dos de la mañana, todavía hay gente que entra y sale de casa, coches que van y vienen, etc. El dinero ha vuelto a poner a la gente en marcha. Vuelven los anuncios de cofidis y vuelve la gente a jugar a las tragaperras; por lo tanto, sobra dinero o hay deseos de empeñarse libremente. Yo prefería lo de la crisis. La gente se atenía al poco dinero que tenía.
Por otro lado, tantum quantum, he vuelto a un bar que visité antaño: he visto chulería, grosería y mala gente, gente que no me va. Encima, un camarero me mira mal como si yo tuviera la culpa de sus males. Que vaya su puta madre a ese bar. Ayer estuve en familia con motivo de un cumpleaños. Estuve relajado y animoso. Mi familia, exceptuando a mis padres y a mi hermano no me ofrece mucha confianza ni cariño pero parece que las cosas van yendo a mejor. Tengo que limpiar al periquito y barrer la casa. Tengo que ir por pan y ver a mi madre. Tengo que estudiar Psicología y tengo que ver a una amiga.
La vida va como un péndulo y hay que adaptarse. Antes no había gente por la calle gastándose el dinero y hoy vuelve a gastarse lo que no tiene. La gente no conoce término medio.
Que tengas dinero no quiere decir que las cosas vayan necesariamente bien.
jueves, 10 de mayo de 2018
Estaba yo tumbado en la cama otra vez, dispuesto a dormirme, cuando he empezado a hacer una serie de asociaciones de ideas y me han conducido primero a un tipo que he visto drogado varias veces en diversas circunstancias; luego he pasado a otro tipo que el otro día quería sentarse en la mesa de la terraza donde estaba con una amiga y también he visto drogado varias veces y después de todo, he ido a pensar en un libro que se titula "Gomorra", del que no sé el autor y que estará por ahí en una estantería y que leí en parte en Canarias y en parte en el avión que me trajo de Canarias a Madrid. Ha vuelto el insomnio y el dar vueltas a la cabeza a la hora de dormir. Y he pensado en escribir este blog. Lo malo de la droga es que es ilegal y por ello, se debe mantener en secreto su venta y su consumo. A la vez, los que la venden y la consumen, se vuelven secretos y raros a los demás, por lo menos a los que no la consumimos.
La gente secreta a mí me da bastante repelús: anda siempre inventándose cosas, sin hablar claro. Les preguntas y se van por la tangente siempre. No tienen que ser drogadictos o que tengan un "consumo", como se dice ahora, sino que hay gente que todo lo guarda para sí y no quiere que se sepa nada de ellos. Te ocultan más que te cuentan. Contestan con un "ya ves", "aquí ando" y gilipolleces de esas y no saben conversar, son pésimos conversadores o simplemente no hablan. Los que ocultan no me gustan. Algo andan tramando o pensando que no dicen y te enteras cuando ya no hay remedio. No me gustan un pelo los que dicen que te han visto no sé dónde pero no te han saludado porque estabas lejos o yo qué sé. Luego van por detrás y andan como taimados, como lo gatos de noche.
Si alguien oculta su vida, también oculta su alma.
miércoles, 9 de mayo de 2018
Es la medianoche. Como no me dormía, he leído unas poesías de esas que hago yo. Luego he hecho eso que llamaba Chiquito de la Calzada, que en Gloria esté, una guarrería española solitaria. Como no me dormía, estoy escribiendo este blog porque una vez tuvo un efecto somnífero en mi cabeza y me fui a dormir acto seguido. Pero hoy no. Estoy con los ojos como una liebre. Escribo, leo, incluso me aburro en mi habitación y no me entra el sueño. Han pasado varios helicópteros por encima de mi cabeza. A lo mejor la gente piensa que en uno de ellos va Rajoy o el presidente de una república extranjera o un hígado. En fin. Vaya lo que vaya en esos helicópteros, han hecho un ruido muy grande. Hoy he visto a una mujer muy valiente que quiere hacer una radio online. Me ha dicho que nos veremos más tarde, cuando lea mi obra de teatro en tres actos que le he dejado. Me apetece cocacola. Podría ir a una tienda china y comprarla. Hay ruidos en la calle de borrachos y de frascos de botellas que tiran los camareros que están deseando cerrar y largarse de una puta vez a su casa. Antes no se oían ruidos de esos quizás porque no había dinero para quedarse en el bar hasta tan tarde. Y es que el dinero llama al vicio como el culo a la mierda.
Dicen que ya no se puede hablar de vicios sino de adicciones. La misma mierda es. Parece mentira pero me está entrando sueño. El efecto blog se está cumpliendo. Me voy a tumbar y a ver si duermo.
El insomnio es eso tan raro de sentir como de escribir.
martes, 8 de mayo de 2018
Yo no sé lo que pasa en Oriente Medio pero tampoco Oriente Medio sabe lo que me pasa a mí. La verdad es que desde que la comunidad judía se instaló en aquella zona, todos los países árabes colindantes la atacaron. Y en siete días los ganó a todos. ¿Eso tiene mérito, no? Israel es una nación militarizada a tope y creo entender que Arafat tuvo en su mano llegar a un acuerdo entre los palestinos y los israelitas pero no supo o no quiso llevarlo a cabo.
En España, casi todo el mundo está con los palestinos. Pero el derecho a existir no hay que negárselo a nadie. Israel está en constante amenaza y a mí no me extraña que reaccione con contundencia. De otra forma, se la comerían en dos días y dejaría de existir. Que los palestinos viven mal, no lo sé. No he estado en Palestina. Tampoco sé cómo viven los israelitas. El caso es que me parece que Cristo dijo que estarían en continua guerra y acertó. Por cierto, los israelitas piensan que va a venir un Mesías que hará que Israel domine el mundo entero. Todavía le estamos esperando o ya llegó en la figura de Cristo. Los judíos son más listos que los árabes, eso no hace falta demostrarlo. Desde Irán a Marruecos no hacen estos países más que refundar una cultura feudal y represora con la mujer. Los reyes son religiosos y el Islam provoca muchos daños como el terrorismo y la lucha entre clanes religiosos.
Yo prefiero a un israelita que a un iraní o a un palestino, digan lo que digan.
Maio longo, maio longo, fuste courto para mí, para unos telas de morte, para otros telas de boda. Eso decía Rosalía de Castro. Mayo se hace corto porque es muy bonito. Unos están con la depre y otros disfrutando del amor. La vida es muy dispar. Yo llevo un tiempo que no me centro, voy de aquí para allá como un triquitraque. No tengo tiempo de estar quieto y escribir y leer. Es como si hubiera venido un verano adelantado, de esos que no paras en casa. Quizás se deba a las nuevas amistades. Luego por la noche, excitado por los aconteceres del día, no duermo y lo paso mal.
Seguro que habrá miles de poetas que habrán cantado a la primavera y a sus males o a sus favores. La primavera es inestable por naturaleza. Graniza, hace mucho sol, llueve, vuelve los corazones como de cera que se moldea a golpes de nubes y aguaceros.
La primavera tuerce los gestos, los vuelve agrios en ocasiones. En otras ocasiones, enciende el amor en los jóvenes como teas ardientes que se devoran en llamas. No hay cosa más fuerte que un noviazgo en mayo. Las depresiones están a la orden del día, los desórdenes de la mente también. La gente se vuelve loca, la penetran fuertes pasiones de odio o de envidia. La gente sale a la calle solo con una camisa, camisa que no cubre el cuerpo del envilecimiento o del vicio o de la pasión.
La gente sale del invierno como abantos, como locos que quieren hacer mil cosas a la vez y acaban mal. Acaban con la azotea hecha un infierno.
Primavera, esa estación donde la vida va multiplicándose.
lunes, 7 de mayo de 2018
En la metáfora reside la poesía, dicen.
Yo digo que te quiero y ya está.
Pero esa mujer que yo quiero quién será.
La dulzura de la vida una mujer la besa.
Pero, ¿qué mujer será esa?
Yo veo caras de mujeres por la calle.
El rubor hace que yo me calle.
Pero esa mujer que yo quiero quién será.
En la estación de tren miro el cuerpo de una princesa.
No es para mí y de verdad me pesa.
La quiero buena como mi madre
pero no hay ninguna que me cuadre.
Yo solo quiero una mujer buena que me quiera mucho.
Pero, ¿dónde estará esa quimera de dulces caderas?
Busco, busco y busco. No encuentro. No encuentro
Me rompo todo por dentro.
Un día seré feliz con una mujer, el dulce néctar de la naranja
que asombra al chuparlo.
Son las dos de la madrugada. No me duermo. Escribo esto a ver si lo consigo. Quizás cansando al cerebro un poco se canse mi cuerpo y concilie el sueño. Esta noche ha llovido una lluvia fina que fecundará los campos. Quizá este año se siegue para julio y no en junio, como se venía haciendo. En Turín hay una gran universidad. Hace mucho tiempo que no veo a mi amigo Antonio. La poesía es una cosa muy aleatoria, subjetiva, le da por donde le da. Dormir es la solución para muchas cosas; entre ellas, para la solución histórica del principio de Arquímedes.
Las canciones dicen mucho unas veces y otras apenas dicen nada. Hay gente a las que las canciones no le dicen ni pum. En las comuniones hay que ir muy arreglado últimamente porque hay mucha competencia en esto de la elegancia. La gente quiere ganar en esto de la elegancia. Quiere ser el Real Madrid de la elegancia. En las comuniones y bodas y esas circunstancias que son de cara a la galería. La vida es muy triste porque se basa en mentiras, es como si tuviera constantemente un hipócrita envoltorio que la volviera infumable y aviesa para los que somos sinceros o por lo menos lo intentamos. Dice mi hermano que en esta vida hay que pasar de todo, talmente como en el mus. A mí, que me gusta decir la verdad aunque no convenga, me veo en problemas y debería callarme más pues a la gente le va más al mentira piadosa, les gusta estar mejor engañados y no enterarse de nada. Hay bestias que tienen que gritar simplemente para decir mentiras porque la verdad, a veces se vale mucho del silencio, que es gran cosa.
Sigo sin tener sueño, así que sigo: hoy solo he tenido un lector.
Me gusta la expresión empty streets, calles vacías. Mola un montón. Una calle vacía para ti solo, sin coches, sin gente. Solo edificios y pasear tranquilamente. Lo dice Fredy Mercury y me gusta. La Gran Vía vacía y yo en medio paseando. Que guay.
He pensado en lo de los ERES. Son 680 millones de euros, cien mil millones de pesetas. Hay 200 imputados. Hay 4000 folios de instrucción. Está la UGT, el Psoe y la Junta. Y lo que hay es una cara que se le pisan. Bueno, ya la tienen machacá.
Luego he pensado en esos partidos legales que representan a Eta.
Luego he pensado en las voces que da mi cuñado los domingos en casa a la hora de comer. Verdaderos berridos. De qué cuadra habrá salido ese tío. No creo que los dé en otro sitio. Ya se dice que donde hay confianza da asco. Un día le voy a decir que solo mis padres son sordos y no les interesa lo que dice, que no nos martirice tanto. A lo mejor resulta que los cuñados como el mío hacen mártires de los oídos a los demás. Desde luego, qué zumbada está la gente.
Si no tienes sueño, escribe un blog.
En todos los sitios se encuentra uno con renegados. Gente que no quiere tirar del carro. Ni de su propio carro. Lo peor es que esos renegados, que ya se hacen de por vida, son unos pedigüeños, que te sacan la sangre tacita a tacita. Menudos chupópteros están hechos esa gente que cree firmemente que lo suyo es solo suyo (porque dicen tener poco) y además, creen que lo mío o lo tuyo debe ser suyo también o tienen derecho a ello (porque creen que yo o tú tienes demasiado y lo debes repartir pues eres su hermano o su amigo). El otro día oigo a un renegado de estos, que es más asqueroso que la taza de un váter, que los bancos nos engañan y ganan dinero con nuestro propio dinero. Le digo: saca lo que tienes en la banco y mételo debajo de la almohada. Y dice, el gilipollas: solo te dejan sacar 1000 euros. No tienen ni puta idea de cómo funcionan las cosas y quieren dar lecciones. Mi hermano es un renegado de estos que siempre tiene poco pero consigue tener ese poco para siempre ya que no gasta nada. Es ideal: tengo poco y como tengo poco no lo gasto y así siempre tengo poco pero no dejo de tenerlo. Y así, siempre pago yo, que se supone que tengo mucho. Es un argumento cojonudo para tener siempre dinero. No gastarlo porque ni lo saco del banco teniendo a uno que siempre me paga los gastos. Mi hermano y esos renegados sanguijuelas siempre tienen a alguien que les pague sus vicios y lo que no son vicios y nunca, nunca, nunca se llevan la mano al bolsillo y siempre tienen para ellos, que para los demás, no.
Además, no cumplen con lo que tienen que hacer en casa o en la sociedad y siempre andan tristes estos renegados, es una forma de dar pena esa de estar siempre deprimidos y preocupados para que les pagues una cervecita. Menuda panda de jetómetros están hechos.
Da, pero al que se lo merece.
viernes, 4 de mayo de 2018
Mis "ídolos" musicales, que no eran ídolos, sino gente que cantaba simplemente fueron Mark Nopfler, Bruce Sprinsting, Bob Dylan o como se escriban y alguno más. Todos gente correcta y dedicada a su oficio como el que más. Eran mecánicos de la guitarra y ofrecían su voz. De la gente de los ochenta y tal, están Sabina (la verdadera banda sonora de mi vida junto con Serrat) y luego todas esas bandas serias y bonitas como Loquillo, Alaska, Dunkan Du, Los héroes del silencio, celtas cortos, etc, etc, etc. Pero tengo que hacer sobresalir sobre todas la canción de Urquijo de Los secretos: pero a tu lado. No hay canción más bonita que esa en el mundo. Me sobrecojo al oírla siempre. Es muy sentida, muy de la vida de ese pobre chico. Llega mucho. Esas bandas y su seriedad al hacer música hicieron que las noches de verano y las mañanas de los sábados fueran distintas, especiales.
Ahora yo creo que los ídolos de las juventudes son unos calaveras borrachos indecentes que ya no han llegado a la altura de aquellas míticas bandas. No lo siento sino que es el signo de los tiempos. Luego están esos amariconados que cantan con voz de flauta canciones de amor de dulce de algodón pringoso y a mí no me llaman la atención para nada.
Cuando oigo alguna canción de aquellas bandas el recuerdo me lleva años atrás y siento el tibio frescor de la noche de agosto en mi cogote como si fuera la caricia más dulce.
Cuando oigo lo de OT y todo eso me pongo malo.
Los años pasan y las canciones se oyen lejanas.
Puede parecer que la vida es larga y dura como la polla de un obseso, sobre todo cuando da golpes sin parar y la angustia te asfixia y no respiras pero al final, la vida es corta como el suspiro que da el ahorcado cuando le pasan la soga por el cuello en pleno patíbulo a la vista de la gente. La gente no suele sentir nada por ti, no hagas caso a esos políticos y amiguetes que te ayudan: no te ayudan en realidad. Yo soy partidario de la libertad individual y que cada uno se busque las habichuelas como pueda, que es la realidad más cruda y contundente que he comprobado en mis carnes toda la vida. Hay solidaridad, tampoco me engaño, pero la solidaridad, con el paso del tiempo se diluye en darte de comer pero no darte cariño. Y no solo de pan vive el hombre. Ya sé que muchos dirán al leer esto que vivimos en el siglo XXI, que hay oneges y todo eso pero a mí no me vale eso. Por una persona de corazón que hay en la vida te encuentras cincuenta hijos de puta que te la amargan. Esta ley se cumple con el rigor de un hacha sobre el delicado cuello de un condenado a muerte. Y los hombres de la edad media son los mismos de hoy en día. A mí que no me vengan que un narco tiene sensibilidad de nada y que un jefe hijo puta al que le gusta el dinero tiene sensibilidad: es igualito en muchas ocasiones o peor que en la Edad Media. Por que en la Edad Media todo el mundo creía en Dios y ahora no cree nadie en nada y mienten como bellacos pues les da lo mismo meterte una bola como un camión para venderte una moto que joderte a palos o a droga para conseguir pasta. Si tu hijo prueba un día una pastillita que le da un señor para que se divierta en una discoteca puede estar ese hijo puta labrando la ruina de tu hijo para siempre. Y eso pasa. Vaya que pasa. Y eso es peor que una hoguera de la Edad Media pues tu hijo, a lo mejor, va a sufrir ya para toda la vida.
Y no digo más que la naturaleza humana es la misma en todo lugar y en todo tiempo y que no nos engañen con los tiempos pasados o que en cierto sitio la gente es muy maja o que hay mucha gente de no sé qué partido político que tiene unos ideales muy ideales. Es todo mentira. Me da igual un hijo puta de izquierdas que de derechas. Van a lo mismo: a joderte vivo pero los de izquierdas lo disfrazan de apoyo al obrero. Y una polla el apoyo al obrero. Van a sentarse en una poltrona y a hacer lo que hizo Stalin o peor. Y luego viene la ruina propiciada por todas las izquierdas del mundo y luego te agarras al bolo.
Esta noche llego tarde/ que el asno se me perdió/ si sientes pisás de burro/ no te asustes que soy yo.
jueves, 3 de mayo de 2018
Cuando yo tuve una crisis mala (una psicosis se dice en términos médicos) y mi familia me llevó a ver los jardines de La Granja de San Ildefonso, yo estaba muy obnubilado y pensé que el pasado volvía al presente que vivía yo y era bonito pensarlo pero muy sufrido. No maté a nadie, que quede claro. También pensaba que iba a venir una guerra civil a España, quizás por las historias que oí de boca de mis padres. Y eso era jodido. También pensaba cosas malas en mi mente que me hacían sufrir pero no las recuerdo. Yo dormía mal y pasaba el resto del día en pésimo estado hasta que me recuperé y empecé a pensar de forma lógica. El que tiene una enfermedad mental sabe de estas cosas que digo. El que no la ha tenido nunca no sabe nada y a lo mejor, ni me entiende ni hace por entender. Yo, cuando estaba malo, sentía la presencia de mi madre a mi lado fuertemente pero no la de ningún otro de la familia pues creo que no me entendían, no eran capaces, no se molestaban en entender. A día de hoy, siguen sin entender muchas cosas de la enfermedad mental y a veces creen que mi hermano y yo estamos bien y se dan el lujo de creer que somos unos vagos (le oí decir a mi hermana una vez a mi cuñada: ¿qué han hecho estos?). En fin, gente rancia que va a lo suyo.
Estoy de la gente rancia e inexpresiva y desconsiderada hasta los mismos huevos, pero, qué voy a hacer, es lo que me rodea. Quizás los juzgo mal y no son tan malos pero es la impresión que me dan. No tengo otra de ellos. No he recibido muestras de cariño de ellos y sí críticas horrendas, imposiciones, absurdos. Qué mala es la envidia, qué mala gente es aquella que no siente apenas nada por ti y quiere arreglarte la vida. Qué asco dan. No merecen ni que escriba esto pero lo estoy haciendo.
En fin, si pudiera, me largaría a Australia por no verlos.
Si no sientes nada por nadie, eres como si no existieras para los demás o peor.
A veces, previamente hay que pasarlo mal para luego pasarlo bien. Pero hay gente que siempre lo pasa bien, no sé cómo se lo montan, será que no sufren por los demás porque si sufrieran un poquito y no lo arreglaran todo a ostias y faltando a su palabra, lo pasarían peor, qué duda cabe. La gente mentirosa y bruta lo pasa bien: unas veces mienten y otras, se comportan como les da la gana con los demás y viven de puta madre y siempre caen de pie. Pero dicen eso de que cuantas zorradas hace la zorra, las paga un día en la peletería y así creo que suele pasar con esta gente tan desconsiderada y bestia.
Y cuando las pagan todas juntas, se llevan las manos a la cabeza: si yo era muy bueno, si yo era muy bueno. Pero no se dan cuenta de que han maltratado, humillado, han faltado al respeto a casi todo el mundo, etc, etc, etc. Son tan hijos de puta que no se dan cuenta de lo que hacen, como todos los hijos de puta de este mundo.
Otros sufren el dolor de los demás, no mienten, no faltan a su palabra, si han de callar cuando los insultan, callan y solo disfrutan un tiempo de paz entre tanta guerra. Porque son buenos y les hacen putadas y nadie les pide perdón y siguen siendo buenos porque así quieren ser. Y hay veces que Dios les premia y viven bien pero enseguida, la envidia de esos otros asquerosos hijos de puta va a por ellos y no les dejan vivir en paz, que es a lo que aspiran. Porque los primeros que he descrito no conocen la paz sino la guerra y estar dando por culo continuamente y enfadarse de la envidia que les corroe el alma.
El que no tiene alma, tampoco tiene conciencia.
El que no tiene alma, tampoco tiene conciencia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)