Yo vivo en un caos más o menos manejable. Otros tendrán las cosas más claras o los horarios se las harán más claras. Mi pequeño caos empieza cuando empiezo algo que no acabo nunca o vivo pendiente de instantes que se cumplen para volver a empezar a vivir esos instantes dentro de unos días. No tengo organización suficiente para anunciar el instante o la obligación vital que viene a continuación. Todo parece que empieza de nuevo desde que me levanto porque no había nada planeado de antemano. También quiero hacer cosas en un futuro que me tienen embargado el presente porque nunca las realizo y me voy frustrando ante ese incumplimiento.
No tengo horarios externos a mí que me den una obligación, los horarios los pongo yo y fallan y se pasa el tiempo y los plazos llegan y la obra no está terminada. Tengo miedo a hacer las cosas porque parece que van a fallar pero luego parece que resultan bien. Mi fe en mí mismo ante las cosas que me sobrevienen es muy poca. Mi mesa del ordenador es un caos de libros que no leo. Mi día a día es un deseo de hacer cosas que nunca hago. Ojalá todo recupere un compás perdido el año pasado, cuando todo tenía unas horas fijas que cumplir haciendo cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario