Parece que vuelve la rebatiña entre mis padres y la cuidadora pero, esta vez, esta cuidadora es de más armas tomar y creo que aguantará. Yo no he ido ni a ver a mis padres ningún día que han estado los tres juntos. Ellos tienen que hacer por entenderse y no les queda más remedio que llevarse bien. Mi madre teatraliza, según me ha contado mi hermana, algunos enfados y no se ha dejado duchar. Mi padre ha pedido perdón (cosa inédita, según mi hermana) por haberse metido con la cuidadora a la cuidadora misma. Mi hermana se asoma por casa y apenas dice ni hace nada, solo echar un ojo y se va. Hace bien. Allá se las entiendan porque si no, a mi madre la espera la residencia y eso creo que sí la mataría: estar entre tanta gente extraña. Mi padre se puede valer en casa con una chica contratada por horas pero mi madre no, mi madre necesita ayuda. Pues que la acepte y no se vaya por la tangente con mohines y enfados a todas horas. Esta chica vale, no es como la otra y dice mi hermana que, cuando están solas mi madre y la cuidadora, mi madre está tranquila y la sonríe. A ver si de esta ya va que una cuidadora pueda hacer su trabajo en casa de mis padres.
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