En octubre está haciendo un calor propio de los antiguos veranos que yo conocí (25-30 grados), así que no sabe uno ni en qué tiempo vive por los recuerdos de esos calores. Voy acabando "Un amor", novela de una familia un tanto rara. "Patria" no me la voy a leer pues cuenta cosas que ya sabemos de tiempo ha y además, la considero muy deprimente, como la historia reciente de esa región a que alude.
Hoy no he ido andar por ese calor que hace. Greta Grunberg (o como se escriba) puede ser una persona controvertida, rara, manipulada, pero no le falta razón por los hechos que vivimos (olas de calor, inviernos que no son inviernos, aguaceros extraordinarios, seca toda la tierra que nos alberga por lo menos en la cuenca mediterránea).
Me acuerdo cuando la profesora de Historia nos hacía analizar climogramas y la pluviosidad de los mismos. En España se dan cuatro climas: continental, cantábrico, atlántico y mediterráneo. Yo diría que pronto se añadirá el desértico, si no está funcionando ya.
La Humanidad tiene el poder de transformar el mundo (ya lo hizo dos veces: neolítico y revolución industrial) pero no sé si podrá revertir este asunto del calentamiento del planeta porque cada vez somos más caprichosos, más guarros y más insolidarios con el Tercer Mundo a pesar de todas las oenegés que hay por él. Si fuéramos justos, imitaríamos en lo que pudiéramos a Gandhi: ropa hecha por él mismo, no obediencia a poderes arbitrarios y no consumir productos manufacturados en Occidente.
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