jueves, 29 de octubre de 2020

Andas por la casa como un dolor,

como un lobo,

o como una quimera.

Y sales a la calle

y ya eres el tropel de cenizas del futuro.

El día da con tus huesos

frente a un libro,

donde andan tus amigas las palabras

y lees y oyes con los ojos a escritores.

Dormitan en el suelo, como ovejas, esperanzas débiles

que ya no despertarán de su sueño fabuloso.

Y cuando la luz deposite su último beso en tus horas,

morirás tumbado a que otra esencia te recubra.

Ya solo quedan dos meses para que acabe este año malhadado. Disfrutemos de lo que podamos y no nos lamentemos de lo mal que estamos. Simplemente, dejemos que pase el tiempo, estos dos meses y ya en 2021 quizás se vea algún rayo esperanzador en el horizonte.

Dice un señor versado en la disciplina estoica que todo hay que verlo desde arriba, con perspectiva: la gripe española mató muchísima gente. Hoy, gracias a la intervención sanitaria, mueren muchos menos.

Los daños psicológicos que está causando esta epidemia se reducirán en cuanto la epidemia vaya remitiendo y podamos salir de casa, hacer una vida normal.

No pretendo que esta situación sea la más adecuada, solo digo que los medios para atajar la pandemia son mejores que hace un siglo y que quejándonos no adelantamos nada. Hagamos cosas, mejor.

Yo hoy me he levantado con ganas de hacer cosas y procuraré hacerlas. Como decían los romanos: ego valeo, vale tu.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Titula así el ABC una noticia: "4 de cada 10 jóvenes está en el paro." ¿Y si titularan las noticias desde el punto de vista del vaso medio lleno? Esto es: 6 de cada 10 jóvenes tienen empleo. Las noticias son noticia por lo malo que hay en ellas. Nos bombardean todos los días con asesinatos, robos, muertos... No nos dicen, sin embargo, cuántos se han salvado de la covid, cuántos han salido de la pobreza, cuántas acciones buenas se han hecho hoy. Eso no vende periódicos

Otra cosa son los periódicos y canales de televisión que van con el gobierno. Estos ven bien, sin criticar nada, las decisiones del gobierno aunque sean desacertadas. Hoy he oído en televisión cómo se quejaba un hostelero de que ha tenido que destinar sus ahorros para pagar impuestos mientras se sube 0,9 los salarios de los funcionarios y pensionistas y se gravan demasiado a las empresas mientras en otros países como Portugal, que también es un gobierno socialista, se alivian las cargas a los empresarios para que aguanten y creen empleo.

Tanto mal es decir que todo está mal como anunciarlo todo como un acierto porque tu canal lo pagan y lo subvencionan los del gobierno.

Bueno, voy a escribir la novela aplastándome contra el ordenador y dándole a la sesera para que lo que escriba parezca verosímil, que es la primera ley que hay para esto de narrar historias.

Hay que ser buenas personas, ser alegre si es posible y hacer la tarea encomendada del día todos los días.

lunes, 26 de octubre de 2020

Por fin me pongo a escribir en el blog. Si no lo he hecho antes ha sido por mi situación anímica. He pasado unos días de ansiedad que han llegado al límite con la depresión. Me levantaba por las mañanas y no veía futuro a las horas, no sabía muy bien qué hacer con mi cuerpo y con mi alma. Todo ha ido pasando y me encuentro ya mejor, con ánimos de hacer cosas.

De repente nos hemos despertado con otro estado de alarma. Dentro de lo malo, este estado ha tenido una cosa buena: un gobierno que no pensaba más que en guerras civiles y francos y franquistas y lo mal que lo pasan las mujeres, ha tenido que lidiar con lo que hay: una pandemia. Lo hará mal, bien o regular, pero lo tiene que hacer de alguna manera. Yo no nos asaltan gritos de  "si nos tocan a una, nos tocan a todas" o eso de: "en las cunetas hay mucha gente que espera", por ejemplo.

Ahora, este gobierno de ideologías y pensamientos absurdos se tiene que poner a hacer leyes para luchar por una causa sanitaria y no por supuestas ofensas de una guerra civil y dictadura olvidadas ambas por la población de esta nación. Así que ya no darán la tabarrita con memorias históricas ni piropos a las mujeres ni micromachismos ni gilipolleces. La pandemia es la pandemia y hay que estar a la altura (a la altura que sea). Por fin dejamos de oír sandeces feministas e izquierdosas de querer fusilar a Franco después de muerto. Todo tiene su cara amable si se la queremos buscar.

Lo que he escrito supra y lo que me queda de blog es tendente a calentar un poco los dedos que me valgan para escribir la novela de la que llevo escritas unas 85 páginas y que la tengo que acabar como sea. Me parece que he llegado a un punto de esta novela en que va tomando un cariz surrealista y por eso, he estado estos días pensándome esto de escribirla. Entre el estado mental que tenía yo y el camino que tomaba la novela, he estado en una encrucijada que maldita la línea que he escrito. La cosa se ha quedado parada un par de semanas hasta que hoy, dando un paseo largo por la Gran Vía majariega, me he decidido a continuar la historia como sea.

Y eso es todo. Quizás solo un enfermo mental entienda a un enfermo mental, como lo hace mi hermano conmigo y hay temporadas que no te levantarías de la cama según se tiene la cabeza. Pero he logrado, por lo menos, hacer la comida que tenía que hacer y limpiar un poco la casa, que en el estado en que yo estaba, lo considero más que suficiente. A ver cómo viene esta semana.

jueves, 15 de octubre de 2020

 Ya me he leído el "ABC". Hoy tocaban el tema del Consejo General del Poder Judicial. Esta reforma que pretende Sánchez ya se ha ejecutado en países como Polonia y Hungría. Son pasos contra la democracia y la separación de poderes. Esto hace que los fondos europeos estén todavía más lejos pues la Unión Europea no ve con buenos ojos estas operaciones en que el Ejecutivo recorta la libertad del poder judicial. Esto indica que Sánchez actúa como un César o un sátrapa que quiere el poder que no le corresponde. Seguro que en "El País" han eludido estos temas y se han centrado en la trama Gurtell, como si eso fuera el verdadero tema de interés. Ayer oí en la SER a dos personas que se cebaban con el PP con un regusto propio de babosos. Otra persona más ecuánime dijo que las penas por la trama Gurtell (30 años de media) son desmedidas pues hasta para un asesinato, son menores. De los millones y millones que se embolsó la Junta de Andalucía apenas se acuerdan.

Voy a preparar unas patatas con bacalao así que se haga la una del mediodía. Voy a escribir mi novela esta tarde a ver si doy cuenta de ella poco a poco y luego, la imprimo.

La vida va por senderos estrechos y ya nos enseña Dios que con amabilidad y razón se llega más lejos que con vicios y ambiciones. Así que hay que seguir siendo gente de bien para conseguir por lo menos un grato recuerdo de nosotros en la Tierra.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Ya me he leído "Un amor" de Alejandro Palomas. Es una historia contada por el hijo homosexual de una señora albina, muy graciosa, que trabuca las palabras y le pasan cosas sorprendentes. Las dos hermanas del homosexual son también un poco peculiares. Una es lesbiana pero no consigue nunca su amor ideal. Otra es muy trabajadora y tiene un amor llamado John que no para nunca de viajar, es como una mentira. La señora albina quiere un amor duradero para Fer, su hijo homosexual y la pobre hace cuanto puede. Todos celebran la boda de la lesbiana y el cumpleaños de la señora albina a la vez y todo es un lío al final. Aparecen dos personajes que me han gustado: un acupuntor chino y una asistenta rusa. Fin.

El próximo libro que me voy a leer es el de dejar de fumar de Allen Carr. Conozco a un amiga que consiguió dejarlo leyéndolo. Tendría gracia que yo también lo consiguiera. A veces me dan muchas neuras con esto del fumar, pero no lo dejo.

La noticia importante es que esta tarde me he animado a escribir la novela que tenía allí arrumbada y he escrito tres folios. La acabaré pronto porque la historia ya no da más de sí y acabaré otra que tenía pensada y llevo unos cuantos folios escritos.

Guíate por el cariño y el amor y acertarás. La hipocresía y la ambición de poder no llega nunca a nada. 

domingo, 11 de octubre de 2020

 En octubre está haciendo un calor propio de los antiguos veranos que yo conocí (25-30 grados), así que no sabe uno ni en qué tiempo vive por los recuerdos de esos calores. Voy acabando "Un amor", novela de una familia un tanto rara. "Patria" no me la voy a leer pues cuenta cosas que ya sabemos de tiempo ha y además, la considero muy deprimente, como la historia reciente de esa región a que alude.

Hoy no he ido andar por ese calor que hace. Greta Grunberg (o como se escriba) puede ser una persona controvertida, rara, manipulada, pero no le falta razón por los hechos que vivimos (olas de calor, inviernos que no son inviernos, aguaceros extraordinarios, seca toda la tierra que nos alberga por lo menos en la cuenca mediterránea).

Me acuerdo cuando la profesora de Historia nos hacía analizar climogramas y la pluviosidad de los mismos. En España se dan cuatro climas: continental, cantábrico, atlántico y mediterráneo. Yo diría que pronto se añadirá el desértico, si no está funcionando ya.

La Humanidad tiene el poder de transformar el mundo (ya lo hizo dos veces: neolítico y revolución industrial) pero no sé si podrá revertir este asunto del calentamiento del planeta porque cada vez somos más caprichosos, más guarros y más insolidarios con el Tercer Mundo a pesar de todas las oenegés que hay por él. Si fuéramos justos, imitaríamos en lo que pudiéramos a Gandhi: ropa hecha por él mismo, no obediencia a poderes arbitrarios y no consumir productos manufacturados en Occidente.

sábado, 10 de octubre de 2020

 En el "ABC" de hoy sale una entrevista a Alicia Giménez Barlett, que nació en Almansa, provincia de Albacete. La protagonista de todas sus novelas es Petra Delicado, que en la última novela que ha escrito, no resuelve ningún crimen, sino que la autora se dedica a explicar el pasado del personaje. Barlett es filóloga, como yo, y dice: "Antes éramos 4 gatos en la novela negra y, de repente, han surgido colonias. Eso hace que la calidad sea menor."

Yo no leo novelas negras. Bastante novela negra tengo yo encima con los especímenes que me rodean. El caso es que leí algo de un tal Lozano y no me gustó porque era la historia de una venganza y el vengador lo que hace es poner en el asiento del coche de la víctima no sé qué cosa radioactiva pero no me enteré de nada del enredo. El detective se llamaba Bevilaqua o algo así y ya digo que no me gustó. También leí "La dama del lago" de Chandler y tampoco me gustó porque no me enteré de la trama. No soy bueno con esto de las coartadas y gilipolleces de esas.

El caso es que a mí me gustan las novelas psicológicas o de gente que se supera o se transforma pero dentro de una normalidad. Sin cadáveres emparedados o comidos de grajos.

Tengo que volver a comentar poemas de la generación del 36 al 75 y tengo también que leerme ese libro para comprar otro en la librería. Ya digo que a mí me parece que el día que nos libremos del virus será cuando abran las bibliotecas y se puedan hojear los libros, elegirlos y cogerlos prestados. En las librerías no hay tanta variedad y, a veces compro libros que son un aburrimiento.


 Aún me quedan unas 100 páginas de "Un amor" de Alejandro Palomas, premio Nadal 2018. Cuando la lea entera, escribiré una reseña. Ahora, casi todos los días compro el periódico y me sirve para no fumar mientras lo leo. Compro "El País" y "ABC" para contrastar un periódico afín al poder y otro, en contra. No me gusta "El Mundo". Redactan muy mal. Aún no he comprado "La Razón".

El PSOE domina las televisiones (RTVE, sexta, cuatro, antena 3) y ahí está la SER para echarle un cable cuando precise.

En prensa hay 3 periódicos contrarios al poder y uno afín, de gran prestigio.

La vida pasa como las uvas al sol, como las olas de mar, una tras otra, como el sol que alumbra rayos y rayos, como el perro que anda y anda y no para, como los niños que juegan y juegan casi inconscientes de que juegan. La vida pasa.

domingo, 4 de octubre de 2020

 Este domingo hemos ido a pasear Paco y yo. A mí me gusta pasear a Las Rozas pero hoy hemos dado gusto a Paco paseando por la ciudad. Hemos recorrido vías principales de la misma y lo que hemos visto a mí me ha deprimido bastante. Ni un alma. Coches sí que pasaban de vez en cuando pero solo hemos visto a dos parejas de ancianos: una que hablaba inglés mientras el anciano se agarraba a un andador y otra en la avenida donde generalmente pasea gente a esa hora. También hemos visto a un joven montado en un patinete y a una familia de cuatro miembros. Luego, en el "Montaditos" había chicos montando cierta algarabía pero ya se marchaban. La Gran Vía majariega estaba deslustrada, fría y deprimente.

Hay un confinamiento oficioso ( o como se diga) de la gente que pasa de salir a pasear por lo menos los domingos. Ayer sábado también anduvimos un poco por ahí y no vimos nada de gente.

Los políticos no se entienden, ordenan cosas que la gente no entiende y ante la duda, la gente pasa de salir de casa.

Yo lo que digo es que a qué se dedica el gobierno: crea problemas, como decía Groucho Marx y luego que los resuelvan otros o se quedan sin resolver para los siglos de los siglos. Vaya gobierno más maniqueo y populista.

viernes, 2 de octubre de 2020

Cuando a uno le rondan follones en la cabeza, cuando está sucio de espíritu o una preocupación le ronda la mente, quizás la solución sea irse a dar un paseo largo por entre troncos añosos de árboles y arbustos que muestran una quietud que a lo mejor se pega a ese malestar que uno tiene y le ayuden a desquitarse del mismo.

Los peripatéticos eran los que arreglaban problemas matemáticos y morales andando por el claustro, rodeados por las estoas o columnas.

Debemos volvernos peripatéticos algunas veces, solos o en compañía para que al andar y al andar nos ayude a que las endorfinas que vamos produciendo en el cerebro nos ayuden a tomar otro vistazo a la preocupación que nos atenaza o a los follones que se enredan en nuestra cabeza sin poderlos dar portazo.

El andar va haciendo que el cuerpo mande un mensaje a la mente: dale vueltas a esa debilidad, a esa obsesión pero con la calma que se va imprimiendo con los pasos que vas dando. Vas viendo otras personas también, semejantes cuyo semblante te dé un pista y te muestren una guía sobre lo que te sucede a ti. Métete en ese bar después de haber andado lo suficiente. Bebe lentamente un líquido benefactor, piensa, piensa, piensa que no eres tú el único que tiene problemas, que al venir hasta aquí el problema que tenías es más llevadero, más melifluo.

Luego, llegas a casa, una duchita y en pijama, todo se ve más relajado, más hacedero, más al alcance de la mano.