Me explicaron los profesores de antaño que la poesía tiene tres temas fundamentales, que son: el amor, la muerte y el paso del tiempo. Quién no ha leído alguna novela en que un enamorado hace versos a su amada, quién no ha escrito algún verso en una tarde tonta y le ha salido algo así como flores, estrellas y luna, que son los elementos que definen al simbolismo del amor.
La muerte, por otro lado, nos asombra. Es un misterio al que nos enfrentamos todos. Quizás no nos enamoremos nunca pero sí tenemos la conciencia bien clara de que vamos al hoyo un mal día.
El paso del tiempo también nos asombra. ¿Cómo puede ser que tengamos tantos años al cabo de un tiempo? Pues eso.
Ahora, yo diría que los poetas modernos escriben versos de otros temas más variados aunque se pueden resumir en estos tres temas principales casi siempre.
Yo, cuando escribo versos, lo que me sale es las aceras, los coches, los colegios y yo paseando entre ellos.
La ciudad es un buen tema para escribir de él. La ciudad tiene esquinas, calles amplias y pequeñas, sitios que nos recuerdan quién somos, aceras por donde pasan gentes y gentes...Pero todo da a lo mismo: paso del tiempo, la guadaña y el amor.
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