El siguiente poema que voy a comentar es de Vicente Gaos, que nació en Valencia en el seno de una familia republicana e intelectual. Es hermano de Alejandro, José y Lola Gaos, poeta, filósofo y actriz respectivamente. Recibió el Premio Nacional de Literatura póstumamente. Es importante su labor de edición de "El Quijote".
El poema que voy a comentar es sobre Dios y la eternidad, muy unamuniano, muy existencial. En una primera lectura me ha gustado mucho.
Oh, sálvame, Señor, dame la muerte,
no me amenaces más con otra vida;
dame la muerte y cura así esta herida
de mi vida mortal. Haz, Dios, de suerte
que pueda retornar al mundo inerte
al que esta ciega noche me convida.
Pon sobre mí tu mano detenida,
tu mano de piedad, tu mano fuerte
Dame la muerte, oh Dios, dame tu nada,
anégame en tu noche más sombría,
en tu noche sin luz, desestrellada.
Bastante tengo con la luz de un día.
Bastante tengo, oh muerte deseada.
En ti repose al fin, oh muerte mía.
Este soneto es todo lo contrario de "muero porque no muero" teresiano. El poeta pide la muerte, pide la nada a Dios porque está cansado de vivir (bastante tengo con la luz de un día). No sé cómo verían los censores de la época estas manifestaciones pero como la poesía era para minorías, la dejaban pasar, supongo. Esta poesía es contraria a la tradición católica que dice que después de muertos llega la vida eterna en los cielos.
Me parece muy valiente esta poesía que solo pide la destrucción del propio poeta (retornar al mundo inerte). Pide a Dios la muerte dos veces en los cuartetos y también le pide que no lo amenace con la otra vida.
Pide ir a la nada. No hay rechazo violento como con Blas de Otero sino un deseo de dejar de vivir y caer en la nada, en lo inerte.
El verso que más me ha gustado es: "en tu noche sin luz, desestrellada".
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