Hoy domingo salgo a la calle a comprar pan y de comer y veo a muy poca gente. Luego hablan de la crisis. Todos se largan. Bueno, yo también me largo a un destino modesto, al pueblo, pero me largo. La cuestión es gastar las pocas perras que tenemos y venir en septiembre silbando.
En el pueblo espero encontrarme a mi prima que fue de gran ayuda cuando el ingreso de mi hermano y luego, el confinamiento. La estuve llamando y me dio ánimos en los dos casos.
La familia pasó un poco (o un mucho) de nosotros, de mi hermano y de mí, durante el ingreso. En el confinamiento nos llamábamos y ya está.
Voy a llevar lectura para el pueblo. Voy a ver si me leo "El alquimista" de Coelo que me han dicho que está muy bien. Voy a llevarme un cuaderno pequeño a ver si no me lo roba la estúpida de mi hermana.
Y ya está. No pienso aguantar tontos en el pueblo y me voy a callar más que hablar.
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