miércoles, 2 de enero de 2019

Pasó el día y pasó la romería. También hay quien fue romera y volvió ramera. Yo le voy a pedir a los Reyes Magos, que en realidad eran reyes sabios porque la astronomía, en aquellos tiempos, era el máximo saber, que me den fuerzas e inspiración para acabar tres novelas que tengo inconclusas y quizás que conozca a una chica que sea buena para que me dé felicidad. Este último deseo se lo pido a los reyes con todas las precauciones porque según esta el patio... Si no lo llevan en sus camellos (ese regalo de la mujer buena) se pueden quedar con él porque más vale comer tortilla que no comer nada por culpa de una que te encuentras por la calle. Así que los reyes magos este año de confusión creo que no saben ni lo que llevan en los camellos, según está el mundo de confundido y revuelto.
También pediría a los reyes magos que se acabe la guerra de Siria y la del Yemen, tantos muertos, tantos muertos niños. Pediría a los reyes que no hubiera tantos dirigentes siniestros como hay, que todo lo confunden y alteran y que surjan en el mundo personas que dirijan estados que estén a la altura de las circunstancias. Pido a los reyes salud para mis padres para que vayan cumpliendo años con esa sonrisa que tienen en los labios y pido para mi hermano que se olvide un poco de problemas imaginarios y viva la vida y sea feliz. Y por toda mi familia pues seguimos unidos con nuestras diferencias y nos perdonemos nuestras faltas y seamos felices. Pediré también una armónica pues me gusta el sonido que produce tal instrumento, aunque no sé tocarla y espero que los reyes magos pongan un poco de luz a tantas tinieblas que veo.

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