La vida sigue su curso. La vida siempre ha seguido su curso, estemos tristes o estemos alegres, haya pan o no, nos hayamos caído por un barranco o hayamos montado en globo. La vida sigue siempre su curso. Al cabo de un tiempo, parece que la vida sigue por derroteros que conocemos y ya, cuando despertamos, no nos asusta la mañana, que antes era como una montaña que empezaba con el sol recién alumbrando. La vida sigue su curso. Se nos haya muerto alguien querido o haya nacido un niño en la familia. La vida sigue su curso, sea difícil vivir o tan fácil que no nos demos cuenta de que vivimos. La vida cursa, estemos tontos o seamos inteligentes como para ver la verdad en cada cosita que vemos.
La vida sigue y sigue, tozuda y bruta como una vaca y poco a poco, nos acostumbraremos a ella por lo que hemos vivido antes o por lo que nuestros padres o los libros nos han contado de ella.
La vida sigue como un río.
La vida es como alta mar.
La vida fluye como el morir.
La vida es un misterio grande como el océano azul.
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