El mundo no para de dar vueltas. Este hecho le costó al ser humano varios siglos comprobarlo. Después, se convirtió en una metáfora de que la vida es continua. Dice la canción: gira el mondo en el spacio infinito. Y así, no sabemos qué somos los seres humanos. Realmente, ¿qué somos? ¿somos seres económicos, como dice el marxismo? ¿somos seres hechos de amor, como dice la religión cristiana? ¿o somos simplemente materia, esa materia asquerosa que vemos todos los días? Cada uno debe hacerse una idea de qué es cada uno y así dirigirse por la vida. Si somos pura y puta materia tratemos a los demás como tal, como unas cosas de las que puedo aprovecharme. Si somos seres de amor, no seamos hipócritas y tratemos al otro como otro ser de amor cuando salgamos de misa. Y si somos economía pura, hagamos la revolución y haya reparto de bienes para todos y fundemos el comunismo.
Lo único claro es que el tiempo, sea eso lo que sea, tiraniza nuestras vidas en un continuum en el que casi no hay margen para el error pues solo vivimos una puta vida. Así que aprovechemos el momento y los momentos y no se convierta la vida en puertas y escaleras entre las que se nos va como agua. Ojalá sea verdad la promesa de Cristo. Ojalá haya reparto de bienes algún día y ojalá la materia sea agradable a la vista alguna vez. Si no, más vale morirse.
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