Se acabó el culebrón de las recetas. Por fin me las han recetado. Ahora tengo que ir a una dirección a Madrid con un informe médico. Ayer David me preparó lo de los cuentos, la portada. Tengo que rellenar cinco páginas en el texto de los cuentos. La portada no ha quedado mal. Dice mi médica en el informe que cualquier actividad ansiógena me puede producir desestabilización así que hay que pensarse lo de ser bibliotecario por si me encuentro con compañeros ansiógenos. Bastante hijo puta ansiógeno he tenido ya en el trabajo. Por lo demás, bien, aunque yo creía que lo de firmarme las recetas era una especie de trampa y me iba a encontrar con el jefe de sección echándome una bronca o algo así porque en este país ya se sabe. No hay más que locos y además soberbios y orgullosos. He llamado a Eva pero tiene apagados los dos móviles lo que supone dos euros de gasto que espero cobrárselos. Mañana iré a la dirección de Muface y espero que me atiendan como corresponde aunque creo que eso también está lleno de negligentes que no quieren más que quitarse el muerto de encima. Llevaré el teléfono de Salud Mental por si hay algún problema que llamen y se entiendan entre ellos. Aunque no sé si funcionará. Mi fe ene la administración es de -10. Nada funciona en este país nada más que a insultos y a voces, con educación no consigues más que te cierren todas las puertas porque nadie se hace cargo de nada. Así nos va. El ciudadano, por los suelos y el que está arriba, a robar.
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