He dejado de ser profesor por culpa de una enfermedad. Ahora me centro en ser escritor. Las letras me las he encontrado a lo largo del camino desde hace mucho tiempo. Me gustaba que las letras, las palabras que con ellas se forman, evocaran en mí el sol tórrido de la siesta o el bramar de una tormenta. Cuanto mejor llamaban esas palabras a lo que se describía en un papel, mejor me lo pasaba. Y ahora quiero ser yo el que, eligiendo palabras y juntándolas consiga escribir una historia y pueda evocar en ella a un personaje gracioso, cálido al lector y con ese y otros personajes hacer una historia muy bonita que merezca la pena haberla leído porque se haya disfrutado con lo que cuento y cómo lo cuento. Esta tarde he estado con mi novela a solas y he conseguido escribir dos páginas. Lo importante para mí ahora es olvidar el pasado de esfuerzos amargos y baldíos que hice para tratar de seguir siendo profesor y centrarme en ser escritor y publicar algún día algo de mérito. Lo que pasa es que no me lo creo mucho, aunque también creo que mucha gente, con menos de lo que yo llevo hecho se darían con un canto en los dientes. De modo que dejaré distracciones absurdas que tenía antes ( una asociación ya obsoleta) y me dedicaré de lleno a escribir y corregir lo escrito para hacerme con un estilo con el que modelar historias buenas y entretener enseñando, con sencillez escogida y con la ilusión del escritor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario