Por la mañana, ya vino el lunes y sin ganas de vivirlo pero, una vez en pie, se da uno cuenta que sigue acompañado de su hermano, solo de su hermano. Las familias de hoy en día (por lo menos, la mía) se caracterizan por vivir sus miembros aislados unos de otros, sin comunicarse. Mis padres viven solos con su cuidadora. Mis sobrinos viven solos. Mi hermana vive aparte. Si hubiera ocasión para juntarnos, no sabríamos qué decirnos porque llevamos todo el año sin vernos. Una vez dicho esto, voy a seguir con un blog un tanto surrealista: La luz a raudales que entraba por la ventana saludaba enormemente a un vecino que se asomaba al nuevo día. No quería este vecino tanta luz y añoró el oscuro invierno. Muy pronto el vecino se daría cuenta otra vez que vivía solo, que el sol alumbraba su soledad y la luna y las estrellas y el cielo oscuro de la noche tapaban su soledad y un día vino un familiar a decirle: "qué tal" y el vecino dijo: "bien" y el familiar se marchó enseguida porque no quería hablar con el vecino y el vecino se vio solo otra vez, tapado por el cielo, las estrellas y el sol a raudales del lunes por la mañana.
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