Vienen a mi casa las novias de mis sobrinos. No tengo trato con ellas ni sé de qué van. Eso sí, son más pijas que la Trini. Mi madre dice que a qué viene esa gente a casa, que se vayan a comer por ahí. La culpa la tiene mi padre porque una vez, mi hermana dijo que ya hacían la vida y la comida aparte: mi hermana, mi cuñado y su hijo y su "nuera", pero va mi padre y dice que no, que esa chica es bienvenida en casa y ahora nos trae otra otro sobrino y encima va a parir en abril. Estaría cojonudo que tenga yo que aguantar los berridos de niño cuando se ande. Espero que no se adoben demasiado porque ya no cabemos en el salón.
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