las noches de verano.
Y tu morena cara
los trigos requemados
de los maduros campos.
Esta estrofa es de Machado y la canta muy bien un señor que se llama Paco Ibáñez.
Qué bonito hubiera sido conocer a una morena e irme donde nadie me conociera, olvidarme de hijos de puta y vivir la vida tranquilo ni envidiado ni envidioso.
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