Parece que nuestras vidas están regidas por la angustia, el agobio de tantas situaciones estresantes que vivimos. Los refugiados, las guerras, el islamismo, el paro, la economía y un largo etcétera atemoriza nuestro corazón poniéndolo rígido como las arterias de un fumador. Y además, ese deseo de mejorar, de competir con el de al lado que nos impone mayor rigor en nuestras vidas. Nunca estamos conformes sea por los resultados mundiales del exterior sea por los resultados interiores de nuestras vidas. Nuestras metas parecen insignificantes una vez conseguidas, perece que siempre debemos mudarnos a un pueblo despoblado de Castilla y empezar de cero, parece que nuestra vida es digna de desaparecer por el retrete, parece también que el mundo se va al infierno por correo urgente. Es lo que hay. Hay que sufrir constantemente por lo que se tiene pero también por lo que no se tiene. En fin, un sinvivir.
Si no te gusta tu vida, intenta al menos vivirla.
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