En estos instantes gloriosos, ¡¡¡¡¡¡Por fin está lloviendo con cojones!!!!!!!!!
Casi no tengo nada más que decir tras esta exclamación estupenda.
Gotas del preciado líquido que vierte el cielo con delectación caen.
Llueve, detrás de los cristales, llueve. Bajo los pardos tejados, llueve.
Viva la bendición de la lluvia que moja los prados y limpia la ciudad.
Por fin el paraguas ha sido verdaderamente necesario. Aleluya.
Quizás ha sido Dios el que ha dado la orden. Gracias sean dadas a Dios.
Todo mojadito, goteante, húmedo, luminosamente transparente.
Qué dicha los charcos, el gotear de los tejados, las lágrimas celestes resbalando por la ventana.
VIVA EL BARRO.
Los árboles deseaban esta lluvia. Los pájaros. Los animalillos de la ciudad. Todo el mundo creo que deseaba la lluvia.
La lluvia ha venido pero, qué dolor: se está yendo otra vez a no sé que regiones nauseabundas.
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