domingo, 8 de julio de 2018

Del 3 al 7 de septiembre me examino. Este verano será de estudio y estudiar será una motivación que no tuvieron otros veranos. Hoy me he levantado con ánimo. Quizás haya sido el descanso o el sueño que he tenido (que no recuerdo) el que me haya hecho sentirme bien ahora por la mañana. Me doy cuenta de que hay gente que va metiendo los hocicos en todos los sitios hasta conseguir lo que quieren. Piden y piden y piden hasta que les dan lo que han solicitado con insistencia. Lo digo por un tipo que conozco que va a lograr que le publiquen su novela. Sería una sorpresa que ese tipo ganara dinero con esa novela o incluso que se hiciera rico. Me consta que se ha esforzado mucho para escribir dicha novela. Hay gente a la que la suerte le sonríe aunque sean unos patanes. Yo cobro una pensión sustanciosa a la que no puedo renunciar para publicar mis novelas que no sé que resultado tendrán. No me puedo arriesgar. El sí puede pues cobra una pensión mínima. Sería divertido ver cómo este tipo ególatra y cansino se convierte en un escritor de éxito. Y sería desolador ver cómo mis novelas no tienen salida por miedo a perderlo todo.
Pero así está la ley para los pensionistas que tenemos para publicar y no podemos hacerlo.
Seguiré escribiendo después de examinarme aunque sea solo por hobby. Y cuando esté publicada la novela de este menda a lo mejor la leo para ver qué nivel literario ha alcanzado. Hoy en día se publican hasta las memorias de un niño chico.

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