viernes, 6 de julio de 2018

El clima nos ha dado un respiro de unos siete u ocho días en que hemos podido salir a la calle sin riesgo de achicharrarnos y hemos podido estar en casa sin el rollo del aire acondicionado. Yo brindo por ello y porque continúe así durante todo el tiempo posible. He estado muy tranquilo estos días después de haber discutido con Paco por unos asuntos en los que creo que él me ha despreciado un poco con su actitud chulesca y yo he reaccionado de modo muy brusco, insultándole. Pero todo ha vuelto a su cauce. Creo que el calor que estaba haciendo también ha influido en esa bronca que hemos tenido. He ido a ver a mi amigo Antonio, que me habló de un señor portugués muy sabio. Hemos ido al pueblo a comprobar que el pueblo tiene muy poco gas, está como muerto. He decidido no preocuparme más por el asunto de la publicación de mis obras ya que es imposible, con la ley que hay, publicarlas sin que me quiten la pensión. Escribiré después de examinarme de Psicología y también empezaré a leer alguna novela buena. Me dijo Antonio que yo podría disfrutar de conocer España, pues tengo dinero y tiempo pero a mí no me ha picado el gusanillo de los viajes y yo solo no haría ningún viaje y además no conduzco. Pero habría que ir viendo si pudiera hacer algún viaje de fin de semana que no me trajera muchos inconvenientes. Quizás iría a ver Sevilla.
En fin, julio va pasando sin mucho calor y es de agradecer. Ojalá este verano continúe por estos derroteros y llegue agosto y nos tengamos que arropar.

El sabor de la vida es insípido a veces pero lo mejor es que no amargue.

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