Hoy he visto cómo el líder de Podemos en España se postulaba como vicepresidente en un gobierno socialista. Los socialistas vuelven por sus fueros: llegan al poder. Los socialistas creen desde siempre que ocupar el poder es un hecho que en sí mismo ya genera cambios. Yo no lo creo así. Los socialistas españoles idolatran el poder. A mí, el poder me da bastante asco. Yo lo que quiero ver son hechos, no palabras. El gobierno que se formará con Podemos y IU va a ser de extrema izquierda. La extrema izquierda en España tradicionalmente trae desmanes. Aunque esta vez no tiene por qué ser así si esta coalición sabe gobernar. El PP lo único que ha hecho tras las elecciones, como fuerza ganadora, es decir que con ellos, la tranquilidad y que con los demás, el desorden. Tampoco eso es muy lógico. Pero quiero hechos, no palabras. Quiero ver la primera acción de gobierno que toma Sánchez y así ir juzgando. Me informaré de todos los ministros de este gobierno. Si hay algún ministro o ministra que pronuncie la palabra "miembra" u otra de esa clase, ya me parecerá que ese gobierno es otra mierda zapateril.
De todas formas, como decían los árabes ocupantes de aquella España de hace mil años, España es tan hermosa, tan hermosa, que no se merece también un buen gobernante. Y nunca lo hemos tenido. No creo que Sánchez fuese la excepción. Desde Felipe para acá, parece que los presidentes han salido de una cloaca. Y en eso seguimos.
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