Un hombre iba con prisa al metro. Se cayó. Se levantó. Entró en la boca. Espero en el andén. Seguía teniendo prisa. Una prisa que se le colaba hasta por los huevos. Entró en el vagón. Había mucha gente parada que le dio más prisa. Llegó con prisa al trabajo. Ese día le despidieron. Se le quitó la prisa. Insultó a su mujer cuando llegó a casa. Más tarde se divorció. Ahora no tiene prisa cuando cae la moneda en el gorro.
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