¿Alguien votaría a un presidente que para recorrer 200 kilómetros usa un helicóptero, el Falcon y un Airbus? Le votaría aquel que no tiene reparos en que su vicepresidenta diga que el dinero público no es de nadie. Este Sánchez parece un James Bond o un presidente Kennedy u Obama, con tanta parafernalia para desplazarse a Valladolid, ciudad a la que se llega en una hora en AVE. Y luego, este gobierno prohíbe la gasolina, el diesel y todo lo que haya que prohibir, pero él, en Falcon todo el día. "Hay que hacer todo lo que se pueda por el medio ambiente", dice, pero Sánchez no va en transporte público ni atado. Otra vez las putas contradicciones de la izquierda, que te dice: "ser rico es muy malo, es cosa del demonio", pero abusan del Falcon, de los langostinos y de lo que haga falta. O se compran un chalé de medio kilo largo. Y es que a nadie le amarga un dulce y todos queremos vivir muy bien. Como mi cuñado, que suspira por la justicia social pero tiene un buen BMW, dos casas y una tienda y no da ni la hora aunque se la pidan. Y luego dice que los ricos son muy malos.
Ya, los ricos son muy malos pero si yo puedo ser rico a costa de los pobres, de puta madre.
Y todavía hay gente que los vota. Increíble.
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