Después de ver unos videos en YouTube sobre algunas cuestiones como la literatura o la política, de boca de unos no sé si decir charlatanes o divulgadores, me dispongo a escribir. La gente no tiene una idea global sobre lo que pasa a su alrededor sino que sabe cosas y esas cosas, fuera de contexto u oídas aisladamente. Cuando se estaba en el colegio, en el instituto o en la universidad, las cosas se aprendían con un plan establecido en los propios libros o en los programas que dirigían las clases de los profesores. Había un orden en la explicación y en lo que leías.
Lo complejo que es el mundo hace que nadie pueda saberlo todo, sino que ha de apoyarse en las verdades y opiniones de los demás para construirse el mundo en el que cada uno vive. Todo ser humano tiende a vivir en un mundo explicado, no en mundo en el que ocurren las cosas porque sí.
Acudimos al periódico, la radio, la televisión y ahora, internet y las redes sociales para enterarnos de noticias prácticas para el día a día pero también para saber qué ha pasado en el mundo y las explicaciones que dan a esos sucesos.
Los filósofos tratan de explicar también el mundo pero desde una perspectiva muy abstracta, preguntándose por el hombre en general, el mundo, el universo, la verdad, la moral, etc.
Yo, escribiendo, creo un mundo que es en parte parte de mí, valga la redundancia, para poderme explicar a mí mismo y el mundo que me rodea. Lo que escribo no es para que los demás lo lean sino simplemente para escribir yo cómo veo el mundo y quedarme a gusto expresándolo.
Los escritores que crean una ficción enteramente ajena a ellos, ya sea a base de zombis o de detectives que resuelven crímenes muy enrevesados, crean eso, algo que es muy artificial y en lo que no hay nada de ellos en los personajes ni en la historia.
Cuando Velázquez crea "Las hilanderas", ¿qué hay de Velázquez en "Las hilanderas"? Pues creo que su enorme técnica y su deseo de divulgación de un tema mitológico llevado a lo cotidiano. Allí no está Velázquez o sí lo está si sabemos que es su autor y que hizo gala de una maestría peculiar en ese cuadro.
Pero lo que me gusta de lo que yo escribo es que yo vierto mi opinión en lo que hago constantemente aunque no expresamente. Mis personajes piensan y hacen cosas que me gustan o no me gustan en virtud de lo que me gusta u odio en la vida. Por eso me gusta escribir. Porque allí está (en mis novelas) lo que odio, lo que me gusta y lo que me preocupa en una indagación sobre el mundo.
Y por eso, voy a escribir a ver qué sale.