Hace unos días estuve investigando a mi manera tres cuestiones en internet: el lenguaje, la soledad y el arte. De este último tema, en internet hay un montón de páginas de todos los tipos así que yo reduje la búsqueda a "arte como terapia" y apareció un campo más limitado.
Por lo demás, los días pasan y pasan y los institutos donde yo puse el pie un día siguen ese tráfago inmenso de profesores y alumnos. Los días pasan y pasan y no hay fecha en el horizonte que les ponga meta.
La primavera pronto dará paso al verano y vendrán días lentos y noches cortas donde se aligerará el espíritu o se llenará de cargas, como todas las noches de verano.
El que tenga una obligación en el futuro, que luche por ella. Yo solo me esfuerzo por escribir mis novelas, hacer la comida y vivir el día a día sin que me caliente el alma el mañana.
Y así, sin cargas por delante que me dificulten ver el porvenir, avanzo como en un barco rectilíneo y aburrido, por un mar calmo y con lecturas que leer y líneas que escribir.
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