Me encuentro bastante bien, la verdad y quizás se deba a todo lo que he renunciado. Mi mente descansa porque está ella sola, sin más compañía que mi hermano Paco, con quien me llevo bien.
A veces, las tiranías de la vida consisten en compañías que no son las adecuadas, que no nos producen más que pensamientos negativos hacia ellas y hacia todo lo demás.
Yo he aguantado mucho de gente que no me aportaba nada, que no dejaba que yo me expresara en grupo o que alentaba muchas suspicacias por mi parte sobre esa misma gente. He dicho que no a mucha gente por mi bien pues yo no estaba a gusto con ella.
He dicho que no a una asociación en la que yo ya no me sentía bien, en la que los proyectos que se llevaban a cabo me parecían aburridos y absurdos. Luego he dicho que no a un amigo que veía a todas horas pero que no me daba muchas garantías como amigo. Y he dicho que no a mi novia. Y me he quedado con mi hermano. Veo las cosas con más claridad desde que he dicho no a tanta gente nociva.