Si hubiera ligado con aquella chica, si hubiera ido a París a vivir, si me hubiera hecho pintor, si hubiera aprobado aquel examen, si me hubiera tocado la lotería. Tantos hubiera hay en la vida que no merece la pena enumerarlos. Lo importante es que si estamos vivos podemos disfrutar de un futuro sin hubiera si nuestra voluntad nos asiste. Y la suerte. Y la casualidad. Todo se junta en el horizonte para que nos levantemos siempre con la idea de que tras ese horizonte hay algo más bonito que el presente que vivimos si ese presente no es todo lo bonito que nos merecemos.
Por otro lado, cada uno de nosotros somos buenos en algo, se nos da bien algo con lo que disfrutamos. Al Don Juan, se le dan bien las mujeres, y habrá mujeres a las que se les dé bien los hombres. A los poetas, se les da bien los versos. Y a los que pasamos por allí, se nos da bien la vida, si es que la sabemos vivir. Yo espero algo del futuro y no sé qué es que me haga pensar que la vida que llevo cambiará para bien. Cifro todo bien en el futuro quizás en una mujer, no sé muy bien. Quizás el descubrimiento de algo, el hombre no hace más que descubrir desde que nace, me haga ver algo más que este camino que llevo todos los días. Quizás en esta rutina que llevo salga algo que ignoro, que está por debajo, latente y salga a la luz y me dé una sorpresa.
En el camino hay paisajes; en el destino, una plaza.
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