Cuando después de comer relleno algunos blogs, siendo estos de alguna envergadura intelectual, de algún interés para mis lectores, ya estoy contento para toda la tarde. Debería destinar líneas de escritura para mis historias pero eso me da pereza, mucha pereza porque hay que inventar sucesos de personajes que son intrincados, pesados de madurar en la cabeza y, con este calor, soy incapaz de concentrarme. Dejaré mis historias para el otoño que está el tiempo más atemperado. Mientras, ya digo, me conformo con este blog y los textos que creo más o menos acertados.
Historias o blog.
El verano y el calor vencen.
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