Me parece que Unamuno lo llamaba "ubifobia" porque este escritor inventaba muchas palabras. Ubi significa dónde, de ahí las palabras ubicación y otras. Y fobia, claro, significa odio. Yo, por las mañanas, siento ese deseo inconcreto pero lastimoso de estar en otro lado, de haberme despertado en una ciudad más antigua, más moderna, más vistosa o en una casa de campo con toda la naturaleza haciéndola marco para despertarme y soñar con ver cosas nuevas.
Así, día tras día. Pero hoy no. Hoy no he sentido esa necesidad de ubicarme con la mente en otro sitio más adecuado para mi felicidad. Además, hoy no he estado ni feliz ni triste, sentimiento ecuánime muy poco común en mí.
He oído en internet esta mañana a un señor que habla de la mente y de cómo podemos ser mejores,de cómo debemos aprovechar nuestras oportunidades, etc., etc. A lo mejor ha influido en mi tranquilidad de vida de hoy.
Lo peor que llevo es que no tengo historia; o sea, no tengo idea que convertir en una novela. Me he puesto a escribir algún fragmento de algo pero no ha tenido valor. Y a mí eso de ir dando vueltas a un personaje o a un argumento de novela me distrae y me hace pasar la vida mejor.
Ojala todos los días fueran así: sin lamentos existenciales, sin ubifobias, sino con ubifilias felices. En fin, mañana será otro día.